Contrato de 11 meses
Villa Vanilla es una casa de seis dormitorios y seis baños situada en Guadalmina Baja, una de las zonas más exclusivas de la Costa del Sol. La villa ofrece 647 m² de espacio interior sobre una parcela de 1.011 m² orientada al sur, a pocos pasos de la playa y cerca del exclusivo Club de Pádel Alhambra del Golf. Con una arquitectura atemporal, jardines privados y piscina, esta propiedad combina lujo, confort y privacidad en una ubicación privilegiada junto al mar.
En el interior, la villa cuenta con suelos de mármol italiano, baños revestidos en mármol y algunos dormitorios con suelos de madera. Cuatro dormitorios incluyen baño en suite privado. El amplio salón dispone de chimenea y acceso directo a una terraza cubierta con zona de comedor exterior. La cocina, totalmente equipada con electrodomésticos Miele, se conecta de forma fluida con el comedor formal, creando un espacio ideal para la vida familiar y el entretenimiento.
Entre las comodidades adicionales se incluyen un gimnasio privado, garaje con espacio seguro para varios vehículos y seguridad comunitaria 24 horas. Rodeada de jardines maduros, la villa ofrece un refugio de paz a pocos metros de la playa. Ya sea descansando junto a la piscina o disfrutando de comidas al aire libre, Villa Vanilla ofrece un estilo de vida refinado en uno de los barrios más deseados de Marbella.
Guadalmina baja se separa de la zona comercial de Guadalmina Alta por la carretera A7, y del municipio de Estepona por el Rio Guadalmina.
En sus orígenes, Guadalmina Baja era una plantación de caña de azúcar, hasta que Norberto Goizueta reconoció el potencial turístico de la zona, y desarrollo no solo el campo de Golf, si no también el hotel Guadalmina, a fines de los 50 y principios de los 60, que aún conserva su prestigio debido a su proximidad a la playa y a su hermosa vista a los campos de golf que lo rodean.
Las aéreas de alrededor del hotel fueron parceladas para la construcción de villas de lujo, demandadas en gran parte por los madrileños que venían a Marbella en búsqueda de tranquilidad, privacidad y cercanía tanto al mar como a las zonas comerciales. Algunas aras, como bóvedas romanas del siglo 3, han sido protegidas del desarrollo urbano, para preservar y asegurar un entorno único apto para el disfrute del ciudadano.
Guadalmina Baja cuenta con su propia iglesia, la Capilla de la Inmaculada, que alberga a estudiantes internacionales de distintas instituciones, tales como el Colegio Español, el San Jose, etc.
