Una villa familiar situada en la codiciada zona residencial de Guadalmina Baja, en San Pedro de Alcántara.
La propiedad de 564 m² cuenta con seis amplios dormitorios y seis baños, en una generosa parcela de 1.880 m²; perfecta para una gran familia que desee establecerse en Marbella. La cocina totalmente equipada se complementa con un lavadero independiente y un trastero, mientras que el salón ofrece varias zonas de estar alrededor de una acogedora chimenea, todo orientado hacia las terrazas cubiertas y los frondosos jardines. Una piscina privada y una zona de barbacoa realzan aún más el estilo de vida al aire libre, mientras que el cuidado jardín proporciona un refugio tranquilo. La villa se presenta en buen estado e incluye una variedad de espacios funcionales. Los dormitorios cuentan con armarios empotrados, mientras que una sala de juegos y un despacho aumentan la versatilidad de la vivienda. Los balcones se extienden desde varias habitaciones, ofreciendo más oportunidades para relajarse y disfrutar de las vistas despejadas a la montaña de La Concha.
Convenientemente situada cerca de tiendas y del centro urbano, esta villa combina privacidad con accesibilidad. Su proximidad a los servicios locales, junto con sus amplios espacios y practicidad, la convierten en una opción excepcional para familias que buscan un estilo de vida cómodo y seguro en una de las zonas residenciales más prestigiosas de Marbella.
Guadalmina baja se separa de la zona comercial de Guadalmina Alta por la carretera A7, y del municipio de Estepona por el Rio Guadalmina.
En sus orígenes, Guadalmina Baja era una plantación de caña de azúcar, hasta que Norberto Goizueta reconoció el potencial turístico de la zona, y desarrollo no solo el campo de Golf, si no también el hotel Guadalmina, a fines de los 50 y principios de los 60, que aún conserva su prestigio debido a su proximidad a la playa y a su hermosa vista a los campos de golf que lo rodean.
Las aéreas de alrededor del hotel fueron parceladas para la construcción de villas de lujo, demandadas en gran parte por los madrileños que venían a Marbella en búsqueda de tranquilidad, privacidad y cercanía tanto al mar como a las zonas comerciales. Algunas aras, como bóvedas romanas del siglo 3, han sido protegidas del desarrollo urbano, para preservar y asegurar un entorno único apto para el disfrute del ciudadano.
Guadalmina Baja cuenta con su propia iglesia, la Capilla de la Inmaculada, que alberga a estudiantes internacionales de distintas instituciones, tales como el Colegio Español, el San Jose, etc.
